Ahora que estoy recién llegado del Carnaval de Cádiz y que estoy sentadito en el sofá, voy a aprovechar para escribir unas líneas de aventuras pasadas.
Fue en el 2005 por la zona del Pirineo leridano, después de gastarnos los cuartos en la administración de lotería de Sort - la conocida Bruja de Oro - en la que por cierto, ya había colas para comprar (en Agosto), cuando seguimos nuestro camino hacia la localidad de Llavorsí. Es aquí cuando vimos un cartelito de una empresa multiaventura, Rafting Llavorsí, y tras 'duras negociaciones' decidimos tirarnos al charco y meternos a ver qué era eso de hacer rafting, nivel 'pa torpes', por supuesto.
Lo peor, el trauma inicial de colocarse el traje de neopreno en nuestros moldeados cuerpazos y lo mejor, la entrada en la barca en la que conseguimos caernos todos a la voz de 'ya' dada por el monitor. Obviamente, esta no era la idea. Más bien la cosa era poner la barca en el agua y saltar todos dentro, sólo que el primero tropezó y todos fuimos detrás. La cara de incredulidad de nuestro insigne monitor, para verla.
De verdad, que me lo estaba pasando bien, lo prometo... |
El recorrido, muy entretenido, con alguna que otra caída al agua -controlada, por supuesto- y con zonas con rápidos, asequible para todos aquellos que quieran pasar un rato estupendo (la verdad, es que no recuerdo haberme reído más en mi vida). Sin duda alguna se lo recomiendo a todos aquellas personas que no acaban de decidirse a pasar este tipo de experiencias.
Nada, nada, que voy a ver si me tomo un yogur antes de acostarme.
¡Buenas noches!