lunes, 20 de febrero de 2012

Rafting por los Pirineos

Ahora que estoy recién llegado del Carnaval de Cádiz y que estoy sentadito en el sofá, voy a aprovechar para escribir unas líneas de aventuras pasadas.

Fue en el 2005 por la zona del Pirineo leridano, después de gastarnos los cuartos en la administración de lotería de Sort - la conocida Bruja de Oro - en la que por cierto, ya había colas para comprar (en Agosto), cuando seguimos nuestro camino hacia la localidad de Llavorsí. Es aquí cuando vimos un cartelito de una empresa multiaventura, Rafting Llavorsí, y tras 'duras negociaciones' decidimos tirarnos al charco y meternos a ver qué era eso de hacer rafting, nivel 'pa torpes', por supuesto.

Lo peor, el trauma inicial de colocarse el traje de neopreno en nuestros moldeados cuerpazos y lo mejor, la entrada en la barca en la que conseguimos caernos todos a la voz de 'ya' dada por el monitor. Obviamente, esta no era la idea. Más bien la cosa era poner la barca en el agua y saltar todos dentro, sólo que el primero tropezó y todos fuimos detrás. La cara de incredulidad de nuestro insigne monitor, para verla. 

De verdad, que me lo estaba pasando bien, lo prometo...
El recorrido, muy entretenido, con alguna que otra caída al agua -controlada, por supuesto- y con zonas con rápidos, asequible para todos aquellos que quieran pasar un rato estupendo (la verdad, es que no recuerdo haberme reído más en mi vida). Sin duda alguna se lo recomiendo a todos aquellas personas que no acaban de decidirse a pasar este tipo de experiencias.

Nada, nada, que voy a ver si me tomo un yogur antes de acostarme.

¡Buenas noches!

lunes, 13 de febrero de 2012

A la riiiica tortilla...


Hace poco que la conocí y desde entonces no hago más que pensar en ella. Aún recuerdo aquella tarde en la que entré en el bar y allí estaba, apoyada en la barra, 'enterita' por fuera y crudita por dentro, con su huevo a medio hacer y reluciendo bajo la luz del sol que se filtraba por los cristales. Aún resuenan en mi mente las palabras que salieron de mi boca y que me permitieron acercarme a ella: "Me gustas tanto que quisiera tener a dos como tú..." Dicho y hecho, dos tapas de tortilla -española, con pimientos, con bacon y queso - 4 euros, y si se puede acompañar con un arroz con lagarto, o con un arroz negro, o una musaka o un revueltito de 'papas' con bacalao, o una pechuguita de pollo rellena, mejor que mejor.

Rico, rico, rico.


¿Dónde? Pues en el Alcoray, bar situado en la zona de Viapol, en Sevilla capital. Eso sí, no os digo que dia de la semana ponen la tortilla, que me hacéis la competencia. De camino aprovecháis y váis probando lo que ponen todos los dias hasta que acertéis con el bueno.

No me quiero ir sin dejar un último homenaje, esta mini Oda a la Tortilla:

No es casualidad que te haya encontrado,
y mucho menos suerte, que en este dia soleado
mi paladar y tu cuerpo se hayan abrazado.
¡Oh! querida tortilla,
otra como tú no hay,
y por más que con otras quieran compararte,
sé que a ti sólo te encontraré en el Alcoray.

Hala, nos vemos.

lunes, 6 de febrero de 2012

Una de casas rurales

Haciendo memoria de viajes pasados, y como no sólo de alojamiento vive el hombre, éste debe ir acompañado de una buena cena o desayuno, así que os voy a regalar tres de los mejores sitios en los que he podido descansar y tomar buena cuenta de un opíparo condumio.

Para empezar, yéndonos muy cerquita de la frontera norte de Portugal con España, la Casa de las Cerejas en el que he disfrutado de uno de los desayunos más increíbles de mi vida, sin despreciar en absoluto la calidez y calidad de sus aposentos y zonas comunes, todo a ello a un precio muy interesante. El desayuno con bollería casera recién hecha -y típica de la zona- fruta, tostadas, zumos, yogures... ¿que más se puede pedir? Decir que al dia hacíamos 2 comidas, el desayuno y la cena. Está todo dicho.

¿Quién es el primero?


¿Y la tortilla abierta de la Casería de Tito? Una perdición. Uno va dispuesto a hartarse de patear lugares y en lo único en lo que acaba pensando es en llegar a la cena. El lugar, muy próximo a las monumentales ciudades de Úbeda y Baeza, en Jaén, con habitaciones muy coquetas y una intersante sala común para sentarse a charlar un rato con los distintos inquilinos del lugar. El desayuno, con un repaso magistral por parte de Tito de las distintas variedades de aceite de oliva de la zona - arbequina, picual - y posterior degustación de la mismos. Decir que gente de la cercanía acudía a este lugar para almorzar y cenar... algo tendría, ¿no?.

Para después de comer...

No me quiero ir sin mencionar Alma de Gredos, en Madrigal de la Vera, en la Comarca de la Vera, famosa por su pimentón aunque debería serlo también por este lugar encantador en el que nos alojamos. La mano del cocinero de la casa, increíble.Desayuno con las típicas tostadas además de un zumo multifruta supervitaminado completamente casero - ni idea de lo que llevaba - y un membrillo - madre, qué membrillo con queso fresco - preparado de los árboles del huerto que tan delicadamente cuidan. Para cenar, manjares de igual calidad y exquisitez en un entorno incomparable en el que los reyes son la tranquilidad y el sosiego. Por supuesto, las habitaciones están con arreglo a la cocina así que, ¿qué mas queréis?

Antes del lote :)